¿Sabes de esos días en los que tienes mil cosas que hacer, pero decides pasar de todo y salir a disfrutar del sol? ¿Sabes de esos días en los que tomarte un respiro, es parte de tu destino? De esos días en los que todo sale bien. Los días de “pellas”.
Pues debes saber que mola muchísimo tomarse días así. Después de salir de fiesta el Jueves a un local junto a Piazza Dante y terminar a las 4 de la mañana, tocaba despertarse. Había apalabrado a mi compañero de piso salir por Nápoles, aprovechar el sol, hacerle compañía en su día libre.
Para mi que soy del sur, el sol está genial y tal…pero lo veo algo normal. Pero para la gente “del norte” es como una obsesión, como una bendición climatológica que hay que disfrutar al máximo cada día. Anyway, en Nápoles el tiempo está algo loco, así que mejor aprovechar los días de sol a dejarlos pasar, sobre todo en primavera.
Andando por el Centro Histórico y después por Toledo llegamos al negocio de Pizza Frita de Gino Sorbillo. Eran las 12 de la mañana y bueno…ver cómo mi compi pedía algo de comer, terminó haciendo mella y yo también me pillé una Pizza Frita de Cicoli.
No sabéis cuánto mola sentarse en las escaleras de Piazza Plebiscito, bajo las columnas, con un manjar como la Pizza Frita y con el sol de cara. ¡Que puta maravilla! Tras esta pequeña parada hedonista, llegamos al Lungomare, el paseo marítimo.
Estaba petadísimo de gente. En las piedras, decenas de personas tumbadas en pequeños grupos, charlando, disfrutando del día, bebiendo, escuchando música, etc. Primero nos sentamos junto al agua y después…acabamos tumbados en las piedras.
Éramos dos lagartitos bajo el sol. Sin embargo, la experiencia es de absoluto disfrute. Te tumbas, con los auriculares reproduciendo tu música favorita y viendo en el horizonte un panorama impresionante culminado por el Vesubio.
Después de reposar las grasas de la pizza frita y de quemarme al sol (hay que usar crema solar si o si), emprendimos el camino de vuelta a casa. En el camino, una sorpresa. Paseando de vuelta nos encontramos a…¡los chicos de Casa Surace!
Para los que no sepan que es: Casa Surace es un Sociedad de Producción Audiovisual que tiene muchísimo éxito en YouTube. Son creadores de sketches de humor sobre Italia, sus costumbres y sobre todo, sobre la vida napolitana, sus “peculiaridades”.
Hacen muchísimas bromas sobre las diferencias entre la gente del norte (Milán) y los sureños o “terrones” (gente de la italia del sur, como término despreciativo e irónico al mismo tiempo). Hacen vídeos sobre cómo hacer bien la comida italiana, críticas sociales y un sinfín de contenido que consigue sacarte un par de carcajadas.
Yo, ni corto ni perezoso me acerqué y con amabilidad les pregunté que si podíamos echarnos una foto juntos. Por supuesto, partimos de que son italianos del sur (la mayoría de ellos), con lo cual, la foto está garantizada y el buen rollo también. Pero es que encima, fueron super simpáticos con nosotros, muy cercanos, muy cracks.
Fue un momento muy fanboy, como si un español se encontrase a “ElRubius” en medio de la calle, pero valió la pena. De verdad, os recomiendo encarecidamente que os suscribáis al canal de Casa Surace o que al menos, veáis algunos de sus vídeos:
En fin. Que el día pintaba bastante bien. Pero no quiero terminar la entrada sin hablar sobre las 2 horas y pico cocinando una tortilla de “papas” normal y otra con cebolla, que salieron bastante bien. No quiero terminar sin hablar de la cena tan agradable que tuvimos esta día, donde Manuel e Ilaria nos ofrecieron una paella…¡de puta madre!
Además, después pequeña salida a Bellini para seguir embriagándome (tras media botella de vino, tres chupitos de vodka…) con una Peroni Napoletana, en buena compañía, por supuesto. Vida erasmus al 100 % y resacón al día siguiente xD.
A partir de Marzo, me doy cuenta que llegan los días buenos en Nápoles. Las noches son más cortas, las horas de sol más largas. Se terminan los exámenes del primer semestre, empiezan de nuevo las fiestas, la gente está más animada, etc.
La experiencia erasmus va llegando a su fin, poco a poco. El tiempo transcurre deprisa, más de lo que yo quisiera, y entiendo que esto…no es la vida real, pero hay que disfrutar los momentos al máximo, que esas experiencias, no nos las quita nadie.